Reparación de Dilataciones

Reparación de deformidades en el lóbulo auricular tras el uso de dilatadores estéticos – ”body art”

Actualmente, en nuestro país, existe un creciente interés por las prácticas de modificación corporal en el contexto del “body art”, asociando en ocasiones varias de ellas, como: piercings, tatuajes, brandings, implantes subdérmicos, rastas, etc.

En los últimos 10 años, la práctica del anillado se ha extendido enormemente, a la vez que los estudios de tatuaje y piercing han salido de la marginalidad y han arraigado en nuestro entorno urbano.

En este contexto, una de las modificaciones que más comunmente ve el cirujano plástico en consulta es el piercing, siendo generalmente el problema presentado por el paciente el desgarro del lóbulo de la oreja, una de las complicaciones más frecuentes, tras la infección, de estas técnicas de perforado cutáneo.

Pero dentro del método de perforación o piercing, hay uno en especial que requiere nuestra atención: las dilataciones (también llamadas expansiones) en el lóbulo de la oreja, pues determinan una deformidad en sí mismas.

Se trata de una perforación efectuada en el lóbulo de la oreja, en la que se coloca un elemento llamado dilatador, cuya finalidad es conseguir de forma paulatina aumentar el diámetro del orificio creado, consiguiendo expandir el lóbulo de la oreja,  aplicando dilatadores de diferentes grosores hasta llegar al tamaño de expansión deseado, a lo largo de meses.

En los casos menos evidentes, se obtiene una dilatación del lóbulo de unos 10 a 15 milímetros, pero muchos usuarios de esta técnica obtienen expansiones de varios centímetros.

Una vez que este orificio supera los 4 mm. ya es irreversible la deformidad del lóbulo, no siendo posible cerrar el orificio ni lograr un lóbulo de aspecto normal.

Captura de pantalla 2017-10-05 a las 14.09.46       Captura de pantalla 2017-10-05 a las 19.17.10En el ejemplo mostrado en las fotografías de esta paciente, se ha obtenido una dilatación de 18 mm., y podemos apreciar la deformidad remanente del lóbulo tras la retirada del dilatador.

Los tejidos han sufrido una serie de cambios que impiden la vuelta al estado previo, haciéndose necesaria la corrección a través de la cirugía.

En los casos en que la perforación no está correctamente centrada (como en dilataciones caseras), puede llegar a producirse el desgarro del lóbulo tanto en su porción inferior como en su zona de adherencia al rostro, durante el proceso de la expansión, debido a la debilidad que presentan los tejidos tras haber sido expuestos a estas técnicas.

Ya que estos tejidos están debilitados son más susceptibles a sufrir desgarro ante situaciones cotidianas como puede ser en enganchado de la pieza dilatadora o pendiente en la ropa.

Cuando el piercing es de pequeño tamaño, como ocurre en los pendientes tradicionales, el desgarro que se puede presentar es de fácil resolución quirúrgica, mediante técnicas simples: se refrescan los bordes de la perforación con un bisturí y se suturan estos.

En los desgarros producidos en lóbulos dilatados de más de 4 mm. se hace necesario acudir a técnicas quirúrgicas más complejas para su reparación, existiendo diferentes tipos de plastias o colgajos locales para obtener un buen resultado, pues se hace necesaria la exéresis de parte del lóbulo dilatado debido a que existe un exceso de tejido y este no posee las mismas propiedades de elasticidad y cicatrización que la piel normal.

Lo mismo ocurre ante el deseo de revertir el efecto de la dilatación, como en el caso de la paciente de las fotografías, precisando técnicas mediante plastias o colgajos locales para su reparación quirúrgica.

 Dra.Álvarez

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